Características de los libros con lomo fijo
Precisamente hoy, que los medios de comunicación nos dan la noticia de la muerte del escritor Albert Manent, me llega para ser restaurado este libro de su padre, Marià Manent. Un libro de poemas del año 1918, con ilustración de Darius Vilàs.Como podéis ver el pobre libro está muy dañado. Además de las perforaciones superficiales -y no tanto- de los pececillos de plata, los lepismas, está fuertemente oxidado. Pero lo que me interesa son las degradaciones típicas de estas encuadernaciones de imprenta: la rotura del lomo. Sufren mucho la tensión de apertura y cierre derivadas de una manipulación normal. En cambio en los lomos huecos esto no pasa porque en abrir y cerrar, el lomo se mantiene curvo hacia fuera mientras que las hojas se repliegan hacia dentro, ya que el material de cobertura no está encolado directamente sobre las hojas y deja un hueco (de aquí el nombre).
Los lomos unidos son típicos de encuadernaciones muy antiguas en piel, códices de la edad media, y también de libros con encuadernaciones muy sencillas de hoy. La razón que antiguamente dejaran de hacerse estas estructuras fue precisamente porque la limitación de la flexibilidad por adición de refuerzos directamente sobre los pliegues de los cuadernillos conllevaba roturas. Por eso con el tiempo se dejó el fuelle, un agujero. Por simplificación de estructuras y abaratamiento de costes es un sistema también muy utilizado hoy en día. Pero el papel o la cartulina no tienen la flexibilidad y la resistencia de la piel, y por eso tarde o temprano terminan rompiéndose.
De seguida que lo tenga restaurado os explico cómo he solventado este daño, que es intrínseco a este tipo de estructuras.
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Características de los libros con lomo fijo
Precisamente hoy, que los medios de comunicación nos dan la noticia de la muerte del escritor Albert Manent, me llega para ser restaurado este libro de su padre, Marià Manent. Un libro de poemas del año 1918, con ilustración de Darius Vilàs.Como podéis ver el pobre libro está muy dañado. Además de las perforaciones superficiales -y no tanto- de los pececillos de plata, los lepismas, está fuertemente oxidado. Pero lo que me interesa son las degradaciones típicas de estas encuadernaciones de imprenta: la rotura del lomo. Sufren mucho la tensión de apertura y cierre derivadas de una manipulación normal. En cambio en los lomos huecos esto no pasa porque en abrir y cerrar, el lomo se mantiene curvo hacia fuera mientras que las hojas se repliegan hacia dentro, ya que el material de cobertura no está encolado directamente sobre las hojas y deja un hueco (de aquí el nombre).
Los lomos unidos son típicos de encuadernaciones muy antiguas en piel, códices de la edad media, y también de libros con encuadernaciones muy sencillas de hoy. La razón que antiguamente dejaran de hacerse estas estructuras fue precisamente porque la limitación de la flexibilidad por adición de refuerzos directamente sobre los pliegues de los cuadernillos conllevaba roturas. Por eso con el tiempo se dejó el fuelle, un agujero. Por simplificación de estructuras y abaratamiento de costes es un sistema también muy utilizado hoy en día. Pero el papel o la cartulina no tienen la flexibilidad y la resistencia de la piel, y por eso tarde o temprano terminan rompiéndose.
De seguida que lo tenga restaurado os explico cómo he solventado este daño, que es intrínseco a este tipo de estructuras.