La diplomática tinta neutra

¿Qué es la tinta neutra?
¿Una tinta de pH=7? ¿Una tinta transparente? De color verde… ¿o marrón? Una tinta al óleo… ¿o acrílica?

Los restauradores nos referimos a la «aplicación de una tinta neutra» cuando queremos decir «te pintaré el trozo que falta de un único color que no verás mucho». Que tanto puede ser verde, como fucsia; pintado a lápiz, o con acuarelas… depende. El objetivo es hacer que la parte ausente destaque lo menos posible respecto la obra, y normalmente es el color del fondo o del contorno.

Con la diplomática tinta neutra, estreno una serie de entradas que intentan explicar la eterna pregunta: «¿Qué pasa cuando falta un trozo? ¿Dibujarás lo que falta? ¿Escribirás las letras?»

Quitar las cintas adhesivas (cinta de pintor, o de enmascarar) a base de caucho natural

Suele haber un factor común, y es que antes que nada trataremos la materia (reintegraremos el soporte), y después, una vez curado el paciente, lo pasaremos por maquillaje (retoque, o reintegración cromática[1]), si procede. Pero la controversia está servida en este segundo estadio, y hagamos lo que hagamos (incluso cuando no hacemos nada), los restauradores tenemos garantizado que nuestra decisión no gustará a todo el mundo, pues los criterios son cambiantes y subjetivos[2].
Yo, por suerte, tengo esta aplicación infalible que me da siempre la mejor solución.

Criterios de reintegración en restauración de papel: La tinta neutra.

La tinta neutra está dentro del grupo de la abstracción cromática, y suele utilizarse en zonas donde la complejidad visual de lo ausente no es excesiva (no hay colores muy contrastados, o corresponde a un área crítica de lo representado) y por lo tanto es relativamente sencillo buscar un tono similar al de su contorno; pero también se usa cuando no es éticamente recomendable hacer ninguna hipótesis, por el valor artístico de la obra, por ejemplo, o también cuando se quiere que la pérdida siga teniendo visibilidad[3]. Y puede haber aun otra razón: cuando otros tipos de retoques que demandan más tiempo no son viables. La neutralidad está en la no implicación, en el hecho de que no se dibuja nada.

Antes/después de restaurar. Cartel impreso, 57 x 107 cm, Valentin Viktorof, 1959. во имя мира и пгogreссa! ("¡En nombre de la paz y el progreso!"). Colección privada. La imagen superior corresponde al estado previo a la restauración, y la inferior a después del tratamiento.

En este caso particular no se ha podido encontrar documentación de cómo era el cartel original[4], y hemos recurrido a la tinta neutra. Porque el tamaño de la pérdida era notorio y molesto, dado que el color del fondo nada tiene que ver con el apaño en papel blanco que llevaba. También porque el cartel lo vale (se quiere enmarcar y colgar); y tenemos la ventaja de que no parece que lo que falta sea muy complejo: probablemente la elipse del cohete y alguna estrellita más, una parte muy pequeña con respecto al total de la laguna. Y, finalmente, se ha escogido la tinta neutra porque la función del cartel es la de darle una alegría a nuestra vista (y, en este caso concreto, de paso, que nos hagamos comunistas, en nombre de la paz y del progreso). La reintegración de la laguna con esta tinta neutra, tan apolítica ella, deja al observador que imagine lo que falta, desde la discreción que da la similitud con los contornos de la obra. Cuán parecido hagamos el color de la tinta neutra con el original, dependerá de cuántos colores colinden con la laguna (sólo uno en este caso) y de cuán desapercibida queramos que pase. Para el caso que nos ocupa el cartel original tiene un cierto degradado (de más oscuro, arriba, a más claro) y por lo tanto el tono escogido no es exactamente igual en casi ninguno de los puntos cercanos al margen, siendo siempre distinguible. Después del retoque la parte ausente no es ya la protagonista, y podemos admirar la litografía por si misma, aún cuando apreciamos claramente que falta la trayectoria del cohete y algunas estrellas.

Después de entrar los datos en la aplicación, se ha concluido que el objeto, debido a su estado y por su valor estético, histórico y de relativa unicidad, merece una conservación curativa, incluso una restauración[5] y no sólo un tratamiento de conservación preventiva [6].

Rita Udina Apps: Valoración de una obra y su restauración

Valoración del objeto:

  • Antigüedad: Media (año 1959).
  • Contexto histórico: Importancia media-alta, ya que pertenece a una colección de carteles soviéticos de propaganda comunista.
  • Calidad artística: Elevada.
  • Materiales: Mediano-Bajo. El papel no son rubíes… pero se trata a pesar de todo de una litografía, las tintas son de buena calidad, y el papel de pasta mecánica -dentro de lo que cabe- de una calidad aceptable.
  • Unicidad: Media-Alta. El objeto en si no es, por su naturaleza, único. Es un impreso, de lo que podemos pensar que habrá otros ejemplares más en algún rincón de mundo, o ha podido haberlos. Aunque sí es único en la colección a la que pertenece.

Estado de conservación:

  • Funciona?: No. O no al 100%, porque es un cartel para hacer bonito, y más bien hace llorar.
  • Tamaño del agujero: Grande. Este es de los pocos parámetros cuantificables de manera no subjetiva: La laguna afecta un 4,8% del dibujo, y un 5,2% de la obra (es decir, incluyendo los márgenes). Y la compacidad, el hecho de que no está distribuida en partes pequeñas, la hace aún más visible.
  • Ejecución viable: Sí, pero por su estado tan degradado deberemos ahorrar en recursos en cuanto al retoque se refiere, y hacer algo que no demande mucho tiempo.

Y, particularmente, haciendo una evaluación de la laguna grande dentro del contexto del cartel:

  • Ubicación: No está en el foco central de atención, pero corta partes de dibujo.
  • Complejidad: Relativa-baja (suponemos). No afecta el texto, ni partes principales del dibujo. Si quisiéramos «terminarlo» podríamos hacer una especie de copiar-pegar de un par de estrellas, y terminar la elipse. No podemos saber con certeza el punto exacto de retorno de la curva, ni tampoco cuantas estrellas faltan ni cómo estaban distribuidas.

Con todo, hacer una hipótesis al respecto podría considerarse venial en términos de la obra de arte, dado que no son motivos principales. Además estaríamos reproduciendo otras partes, más que creando: No se nos ocurriría pintar a Saturno con sus anillos, ni al Sr. Iuri Gagarin haciéndonos un guiño desde lo lejos… Y eso no quiere decir que ninguna de estas dos cosas no pudiera ser, sólo que parece poco predecible.
Y, ya me perdonaréis que sea tan puntillosa, pero una se toma su trabajo muy en serio: Hemos asumido que la parte entintada es un rectángulo, y que el papel también lo es, o sea, que el margen era blanco y rectangular. Si resulta que en realidad no era así -que podría ser- o que justo en ese hueco hubiera habido precisamente Iuri Gagarin guiñando el ojo, hubiéramos tenido tan mala suerte, la probabilidad hubiera sido tan remota e impredecible, que el pobre restaurador quedaría exculpado de cualquier acusación al respecto, y podría seguir durmiendo tranquilo (pero no lo haría ¡por supuesto! pasaría una noche insomne de lo más espantosa).

Antes - Durante - Después de la restauración
Tinción y reintegración de cartel

De todo ello la restauradora concluye que en este caso la función pesa mucho: si el cartel no es bonito a primera vista, si en lugar de seducirnos por sus formas y colores, aquello que nos llama la atención es que hay un agujero, el cartel no funciona. Y entonces, en lugar de ensanchar los pulmones y querer salir volando en astronave para militar por la paz y el progreso, lo que haremos es pensar que el comunismo es algo del pasado, y que está totalmente acabado. Pero una adecuada tinta neutra nos puede dar una visión más ponderada, y por lo tanto vale la pena que nos tomemos el tiempo de encontrar un color que haga desaparecer esta laguna.
Y sin embargo, la calidad artística del cartel y la incertidumbre de lo ausente han hecho preferible no querer ponerse en el lugar del artista inventando algo que no sabemos exactamente cómo era (y no porque no estemos capacitados para pintar una raya y unas estrellitas!). Y, además, nos da menos trabajo, sin suponer un cambio drástico en el resultado final, que sigue siendo «legible», comprensible.

Para los que pensaban que los restauradores hacemos con los pinceles lo que las peluqueras con las tijeras (lo que les da la gana) espero que esta entrada sirva para mostrar la falta de arrebato artístico que hay en nuestro caso.

Porque… ¿tu qué hubieras querido en el hueco si el cartel fuera tuyo? No dudes en compartir tu criterio, me apuesto que saldrán soluciones de todos los colores.

Si queréis saber más sobre este cartel, conocer qué pintura se ha utilizado para el retoque, cómo, quién, para quién, y todo tipo de documentación fotográfica sobre la restauración de esta litografía, mirad el PROYECTO  y haced clic en cada una de las imágenes.


Notas a pie de página:

[1] Leáse una muy diáfana explicación de la diferencia entre retoque, reintegración y repinte en esta entrada de South Florida Art Conservation. O también: de la Roja, José Manuel (1999) págs. 35-37: «El término retoque (…) ha tenido históricamente una connotación de imitación y de repinte del original (…). La reintegración cromática contempla los problemas de índole estético en relación a la intervención en la obra de arte.»  Sistema de reintegración cromática asistido por medios transferibles obtenidos por procedimientos fotomecánicos. Aplicación en la restauración de pintura de Caballete. Ministerio de Cultura, Registro General de la Propiedad Intelectual M-37614.

[2] Cesare Brandi,1963

[3]  Como el caso del florentino Cristo de Cimabue, inundado en 1966, en el que se optó por no dar al espectador excesivas «pistas visuales» de lo que había habido, a pesar de tener una exhaustiva y fiable documentació de su estado previo, priorizando así el hecho histórico de la propia inundación.

[4]  Bastará en que lo diga para que aparezcan miles de ejemplares… y sí, ¡aquí está!:

Cartel impreso, 57 x 107 cm, Валентин Викторов, 1959. во имя мира и пгogreссa!, Валентин Викторов ("¡En nombre de la paz y el progreso!", Valentin Viktorof). Colección privada. Imagen facilitada por un seguidor del blog, de un ejemplar completo del mismo cartel (¡nos llega meses después de su restauración! :-S). Aunque, la ventaja de la precabida cauta tinta neutra es que estamos a tiempo de reproducir el original sin demasiadas complicaciones, si el cliente así lo desea.

[5]  «Conservación curativa: Todas aquellas acciones aplicadas de manera directa sobre un bien o un grupo de bienes culturales que tengan como objetivo detener los procesos dañinos presentes o reforzar su estructura. Estas acciones sólo se realizan cuando los bienes se encuentran en un estado de fragilidad notable o se están deteriorando a un ritmo elevado, por lo que podrían perderse en un tiempo relativamente breve. Estas acciones a veces modifican el aspecto de los bienes.»(…) «Restauración: Todas aquellas acciones aplicadas de manera directa a un bien individual y estable, que tengan como objetivo facilitar su apreciación, comprensión y uso. Estas acciones sólo se realizan cuando el bien ha perdido una parte de su significado o función a través de una alteración o un deterioro pasados. Se basan en el respeto del material original. En la mayoría de los casos, estas acciones modifican el aspecto del bien». Págs. 1-2:  Resolución que se presentará a los miembros del ICOM-CC durante la XVa Conferencia Trianual, Nueva Delhi. Terminología para definir la conservación del patrimonio cultural tangible. International Council of Museums (ICOM), Grupo Español-International Institute for Conservation (Ge- icc). 22-26 de septiembre de 2008 (consultado el 09-Oct-2016).

[6]  American Institute for Conservation (AIC) (1997). Commentaries to the Guidelines for Practicehttp://www.conservation-us.org.

 

 


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