Receta para hacer una restauración muy sencilla
La restauración patrimonial sólo comparte con la restauración de hosteleria el nombre, y nada más, por lo tanto no podemos facilitar una receta rápida para daños estándar, como si se tratara de una receta para galletas.
Los tutoriales, vídeos e imágenes publicados pretenden hacer sencillas ideas complejas, pero eso no quiere decir que llevarlas a cabo está al alcance de no profesionales, almenos con los mismos resultados.
La conservación – restauración patrimonial exige unos estudios y experiencia. Incluso los tratamientos que son muy simples, lo son porque quien ha hecho el diagnóstico tiene una formación y bagaje profesional notables, y no al revés. O sea: no porque parezca/sea muy sencillo puede hacerlo cualquiera.
Igual que un médico receta una aspirina en un contexto, y lo desaconseja tajantemente en otro porque sería nefasto para la salud. Al doctor se le valora por su capacidad de hacer diagnósticos que mejoren la salud, y no por su destreza en tomar la presión o inyectar una jeringa. Igual pasa en restauración: el éxito del tratamiento radica en el diagnóstico, más que no en la ejecución en si (que también).
Por otro lado, un mismo tratamiento realizado de una forma o de otra, con unas herramientas o con otras, tendrá unos resultados totalmente diferentes. No es profesional ni responsable por parte del restaurador dar consejos si se desconocen los recursos, habilidades y conocimientos de quien pregunta.
Frecuentemente la descripción facilitada de las características del objeto y sus daños no es la adecuada (pueden haberse omitido aspectos relevantes), incluso las imágenes y vídeos enviados pueden dar lugar a interpretaciones erróneas al ojo experto.
Si el daño es muy pequeño o el objeto no justifica el coste de una restauración profesional, es mejor dejarlo como está y no empeorar su estado con tentativas inadecuadas.
En cualquier caso este taller de restauración es una empresa privada y por lo tanto no podemos asesorar gratuitamente a no clientes. Recibimos un gran número de solicitudes que no podemos atender en nuestro tiempo libre.
Con mucho gusto haremos una estimación económica de una restauración, o una asesoría. Algunos de nuestros servicios se ofrecen en línea.
También está la opción de los cursos programados, lo presencial es siempre lo mejor.
A lo mejor su cuestión está ya respondida en alguna otra de las entradas, mire que no le haya pasado por alto en la búsqueda avanzada.
En lugar de intentar algun arreglo casero, lo más inteligente es ponerse en manos de un restaurador profesional, que para eso estamos: para llevar a cabo restauraciones con garantías.
Receta para hacer una restauración muy sencilla
La restauración patrimonial sólo comparte con la restauración de hosteleria el nombre, y nada más, por lo tanto no podemos facilitar una receta rápida para daños estándar, como si se tratara de una receta para galletas.
Los tutoriales, vídeos e imágenes publicados pretenden hacer sencillas ideas complejas, pero eso no quiere decir que llevarlas a cabo está al alcance de no profesionales, almenos con los mismos resultados.
La conservación – restauración patrimonial exige unos estudios y experiencia. Incluso los tratamientos que son muy simples, lo son porque quien ha hecho el diagnóstico tiene una formación y bagaje profesional notables, y no al revés. O sea: no porque parezca/sea muy sencillo puede hacerlo cualquiera.
Igual que un médico receta una aspirina en un contexto, y lo desaconseja tajantemente en otro porque sería nefasto para la salud. Al doctor se le valora por su capacidad de hacer diagnósticos que mejoren la salud, y no por su destreza en tomar la presión o inyectar una jeringa. Igual pasa en restauración: el éxito del tratamiento radica en el diagnóstico, más que no en la ejecución en si (que también).
Por otro lado, un mismo tratamiento realizado de una forma o de otra, con unas herramientas o con otras, tendrá unos resultados totalmente diferentes. No es profesional ni responsable por parte del restaurador dar consejos si se desconocen los recursos, habilidades y conocimientos de quien pregunta.
Frecuentemente la descripción facilitada de las características del objeto y sus daños no es la adecuada (pueden haberse omitido aspectos relevantes), incluso las imágenes y vídeos enviados pueden dar lugar a interpretaciones erróneas al ojo experto.
Si el daño es muy pequeño o el objeto no justifica el coste de una restauración profesional, es mejor dejarlo como está y no empeorar su estado con tentativas inadecuadas.
En cualquier caso este taller de restauración es una empresa privada y por lo tanto no podemos asesorar gratuitamente a no clientes. Recibimos un gran número de solicitudes que no podemos atender en nuestro tiempo libre.
Con mucho gusto haremos una estimación económica de una restauración, o una asesoría. Algunos de nuestros servicios se ofrecen en línea.
También está la opción de los cursos programados, lo presencial es siempre lo mejor.
A lo mejor su cuestión está ya respondida en alguna otra de las entradas, mire que no le haya pasado por alto en la búsqueda avanzada.
En lugar de intentar algun arreglo casero, lo más inteligente es ponerse en manos de un restaurador profesional, que para eso estamos: para llevar a cabo restauraciones con garantías.
Receta para hacer una restauración muy sencilla
La restauración patrimonial sólo comparte con la restauración de hosteleria el nombre, y nada más, por lo tanto no podemos facilitar una receta rápida para daños estándar, como si se tratara de una receta para galletas.
Los tutoriales, vídeos e imágenes publicados pretenden hacer sencillas ideas complejas, pero eso no quiere decir que llevarlas a cabo está al alcance de no profesionales, almenos con los mismos resultados.
La conservación – restauración patrimonial exige unos estudios y experiencia. Incluso los tratamientos que son muy simples, lo son porque quien ha hecho el diagnóstico tiene una formación y bagaje profesional notables, y no al revés. O sea: no porque parezca/sea muy sencillo puede hacerlo cualquiera.
Igual que un médico receta una aspirina en un contexto, y lo desaconseja tajantemente en otro porque sería nefasto para la salud. Al doctor se le valora por su capacidad de hacer diagnósticos que mejoren la salud, y no por su destreza en tomar la presión o inyectar una jeringa. Igual pasa en restauración: el éxito del tratamiento radica en el diagnóstico, más que no en la ejecución en si (que también).
Por otro lado, un mismo tratamiento realizado de una forma o de otra, con unas herramientas o con otras, tendrá unos resultados totalmente diferentes. No es profesional ni responsable por parte del restaurador dar consejos si se desconocen los recursos, habilidades y conocimientos de quien pregunta.
Frecuentemente la descripción facilitada de las características del objeto y sus daños no es la adecuada (pueden haberse omitido aspectos relevantes), incluso las imágenes y vídeos enviados pueden dar lugar a interpretaciones erróneas al ojo experto.
Si el daño es muy pequeño o el objeto no justifica el coste de una restauración profesional, es mejor dejarlo como está y no empeorar su estado con tentativas inadecuadas.
En cualquier caso este taller de restauración es una empresa privada y por lo tanto no podemos asesorar gratuitamente a no clientes. Recibimos un gran número de solicitudes que no podemos atender en nuestro tiempo libre.
Con mucho gusto haremos una estimación económica de una restauración, o una asesoría. Algunos de nuestros servicios se ofrecen en línea.
También está la opción de los cursos programados, lo presencial es siempre lo mejor.
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