Dürer: de la vieja Europa a Palm Beach
Cocodrilos, palmeras, residencias de lujo… ¿Qué se les ha perdido en Palm Beach a la Santísima Trinidad de Dürer, Mr. Audubon, y una restauradora de papel de la vieja Europa?
Dos semanas de vacaciones para visitar a unos amigos en Palm Beach, terminan convirtiéndose en un fascinante proyecto de colaboración con el taller de restauración South Florida Art Conservation, donde he tenido la oportunidad de ver (¡y tocar!) excelentes obras de todo el mundo.
Efectivamente, en el taller de restauración regido por Amparo Escolano y Jerónimo Pérez, los grandes maestros entran y salen como Pedro por su casa: obras de Rembrandt, Picasso o Dalí son el día a día para ellos. Y también, por descontado, de los grandes nombres de las américas, como fue John James Audubon. Artista y ornitólogo de finales del s.XVIII, es el autor de la magna obra «Pájaros de América» (1827-38), grande tanto por su extensión, su calidad científica, artística e incluso también por su papel, que tenía el formato más grande posible de su época, el folio «doble elefante». Y es que en América todo es mucho más grande, desde las hamburguesas ¡hasta los papeles!
Son precisamente los grabados acuarelados de Audubon los que motivan esta enriquecedora colaboración de talleres, y de la que me he llevado el mejor recuerdo, tanto personal como profesional. Amparo se ha especializado en restauración de papel porque así se lo ha exigido el destino, y trabajando con ella aprendo técnicas aplicadas normalmente en restauración de pintura, como por ejemplo el uso de la mesa con aspiración al vacío para el aplanado de documentos rebeldes, como las águilas y perdices de Audubon, que no paraban quietas. Pero también intervenciones propias del papel, como el blanqueo por efecto de la luz, de espectaculares resultados, y de la que tiene en mente hacer una publicación. Además de los ilustres en papel, en este taller también se restaura escultura y pintura, su plato fuerte. Madrileños de nacimiento, Jerónimo y Amparo hacen un magnífico tándem profesional, y han consolidado su empresa en la otra punta del mundo gracias a su tenacidad y experiencia. De esta complicidad y sintonía resulta un clima ideal para trabajar, y también un lenguaje propio con el que me troncho de risa: «Jero, este print tan ripleao te lo flateneo yo en un momento!»
No sólo el señor Audubon y una servidora hemos hecho el salto de las tierras de la vieja Europa a Estados Unidos: la misma ha suerte ha tenido una Santisima Trinidad de Albrecht Dürer, que justo acaba de llegarles para ser restaurada. Es un caso interesantísimo, porque tiene algunas lagunas que fueron ya restauradas antiguamente. El retoque de esta vetusta restauración da a entender que quien lo hizo contaba con un ejemplar completo del que copiar las partes perdidas, que son lo suficientemente parecidas, y no inventadas. ¿O quizás es que lo ausente hoy estaba gravemente dañado y fue desestimado para sustituirlo por el retoque?
El coleccionista propietario de la xilografía no es insensible a tal rareza, y pide expresamente conservar los antiguos retoques. La restauración actual sería pues una mínima intervención en toda regla, porque sólo se intervienen algunas manchas de oxidación y rotos perimetrales, respetando el retoque existente, que no por ser antiguo está obsoleto. Los materiales que lo constituyen son inocuos para la conservación del conjunto (papel, cola animal), separables y distinguibles del original, y la imagen resultante no distorsiona la lectura de la obra, al mismo tiempo que es apreciable fijándose bien. Tratándose de una intervención hecha hace por lo menos dos siglos, sorprende que cumpla con todos los preceptos del código deontológico de las restauraciones actuales.
Maravillada por la precisión y belleza de trazo de Dürer, a la vez que por la restauración de mi predecesor, os dejo hasta la próxima entrada.
Actualización
Casualidades de la vida, unos años más tarde restauro otro ejemplar de la misma xilografía. En esta ocasión el cliente prefiere una intervención más intensiva, así que ¡la lavo bien lavada!
Agradecimientos:
Amparo Escolano y Jerónimo Pérez, grandes restauradores, emprendedores con coraje y fanásticas personas. Muchas gracias por esta maravillosa experiencia. Awesome!!!
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Dürer: de la vieja Europa a Palm Beach
Cocodrilos, palmeras, residencias de lujo… ¿Qué se les ha perdido en Palm Beach a la Santísima Trinidad de Dürer, Mr. Audubon, y una restauradora de papel de la vieja Europa?
Dos semanas de vacaciones para visitar a unos amigos en Palm Beach, terminan convirtiéndose en un fascinante proyecto de colaboración con el taller de restauración South Florida Art Conservation, donde he tenido la oportunidad de ver (¡y tocar!) excelentes obras de todo el mundo.
Efectivamente, en el taller de restauración regido por Amparo Escolano y Jerónimo Pérez, los grandes maestros entran y salen como Pedro por su casa: obras de Rembrandt, Picasso o Dalí son el día a día para ellos. Y también, por descontado, de los grandes nombres de las américas, como fue John James Audubon. Artista y ornitólogo de finales del s.XVIII, es el autor de la magna obra «Pájaros de América» (1827-38), grande tanto por su extensión, su calidad científica, artística e incluso también por su papel, que tenía el formato más grande posible de su época, el folio «doble elefante». Y es que en América todo es mucho más grande, desde las hamburguesas ¡hasta los papeles!
Son precisamente los grabados acuarelados de Audubon los que motivan esta enriquecedora colaboración de talleres, y de la que me he llevado el mejor recuerdo, tanto personal como profesional. Amparo se ha especializado en restauración de papel porque así se lo ha exigido el destino, y trabajando con ella aprendo técnicas aplicadas normalmente en restauración de pintura, como por ejemplo el uso de la mesa con aspiración al vacío para el aplanado de documentos rebeldes, como las águilas y perdices de Audubon, que no paraban quietas. Pero también intervenciones propias del papel, como el blanqueo por efecto de la luz, de espectaculares resultados, y de la que tiene en mente hacer una publicación. Además de los ilustres en papel, en este taller también se restaura escultura y pintura, su plato fuerte. Madrileños de nacimiento, Jerónimo y Amparo hacen un magnífico tándem profesional, y han consolidado su empresa en la otra punta del mundo gracias a su tenacidad y experiencia. De esta complicidad y sintonía resulta un clima ideal para trabajar, y también un lenguaje propio con el que me troncho de risa: «Jero, este print tan ripleao te lo flateneo yo en un momento!»
No sólo el señor Audubon y una servidora hemos hecho el salto de las tierras de la vieja Europa a Estados Unidos: la misma ha suerte ha tenido una Santisima Trinidad de Albrecht Dürer, que justo acaba de llegarles para ser restaurada. Es un caso interesantísimo, porque tiene algunas lagunas que fueron ya restauradas antiguamente. El retoque de esta vetusta restauración da a entender que quien lo hizo contaba con un ejemplar completo del que copiar las partes perdidas, que son lo suficientemente parecidas, y no inventadas. ¿O quizás es que lo ausente hoy estaba gravemente dañado y fue desestimado para sustituirlo por el retoque?
El coleccionista propietario de la xilografía no es insensible a tal rareza, y pide expresamente conservar los antiguos retoques. La restauración actual sería pues una mínima intervención en toda regla, porque sólo se intervienen algunas manchas de oxidación y rotos perimetrales, respetando el retoque existente, que no por ser antiguo está obsoleto. Los materiales que lo constituyen son inocuos para la conservación del conjunto (papel, cola animal), separables y distinguibles del original, y la imagen resultante no distorsiona la lectura de la obra, al mismo tiempo que es apreciable fijándose bien. Tratándose de una intervención hecha hace por lo menos dos siglos, sorprende que cumpla con todos los preceptos del código deontológico de las restauraciones actuales.
Maravillada por la precisión y belleza de trazo de Dürer, a la vez que por la restauración de mi predecesor, os dejo hasta la próxima entrada.
Actualización
Casualidades de la vida, unos años más tarde restauro otro ejemplar de la misma xilografía. En esta ocasión el cliente prefiere una intervención más intensiva, así que ¡la lavo bien lavada!
Agradecimientos:
Amparo Escolano y Jerónimo Pérez, grandes restauradores, emprendedores con coraje y fanásticas personas. Muchas gracias por esta maravillosa experiencia. Awesome!!!