No hay solución gordiana para el sufrido restaurador
Guillotinar, o no guillotinar ¿Es esa la cuestión?
El restaurador de libros lidia con consideraciones éticas de primer orden: a veces por los deseos del cliente, y mayoritariamente para encontrar un equilibro entre preservación y funcionalidad. Además esperamos que el resultado sea agradable: que no se vea muy nuevo, ni muy ajado; preservándolo todo… ¿sin que se rompa al tocarlo?
Encontrar una solución salomónica que satisfaga todos los requisitos roza lo imposible.
Y es que el restaurador no es de los que cortaría el nudo gordiano, más bien se empeñaría en deshacerlo aun admitiendo que esto lleva ¡toda un vida de sufrimientos! Sigue leyendo